
El cuerpo humano está lleno de taras, dista de ser perfecto, ni siquiera es armónico, porque es producto de una evolución azarosa y ciega, en palabras de Richard Dawkins. La evolución no tiene que ver con la perfección, sino con lo que el Nobel Herb Simon llamó “satisficing” (satisfacer de manera suficiente), obteniendo un resultado y conformándose con él.
Por ello, hay rasgos anatómicos del cuerpo humano que no sirven para nada o para casi nada....