sábado, 7 de octubre de 2017

El futuro de las universidades y la investigación en una Cataluña independiente sin salida negociada

Dentro de esta vorágine de empresas catalanas que se van de Cataluña y en previsión de la futura Declaración Unilateral de Independencia (DUI), se está hablando poco de qué ocurrirá con las universidades y el sistema de investigación, en una futura Cataluña independiente y sin salida negociada o post DUI. Aunque en algunas cosas es similar al Brexit, su caso es más grave, ya que no será un país reconocido, y eso tendrá importantísimas implicaciones en educación de los universitarios y en el sistema de ciencia. Si en la actualidad las Universidades y centros de investigación de Cataluña están muy bien consideradas, su futuro probablemente será la mediocridad más absoluta.

 

Títulos de papel sin valor real fuera de Cataluña

El primer problema que se encontrarán los futuros estudiantes de las Universidades de Cataluña, será la imposibilidad de homologar sus títulos fuera de Cataluña. Su país no será reconocido, no habrá convenios bilaterales, suplemento europeo, apostilla de La Haya… si quieres irte a otro país, tu título es mejor que te lo fumes. Sí, si tu universidad es privada y tiene un convenio de colaboración con otra Universidad de otro país, seguirá valiendo… o si es una titulación compartida entre varias universidades de diferentes países, se supone que sí, porque la titulación la expedirá otro país. Pero esto no será lo habitual. O quien sabe… el dinero es el dinero.

El caso no es comparable al del Brexit, ya que en el caso de Reino Unido, se trata de un país constituido que “únicamente” vota desligarse de una unión de países.

El caso más reciente sería el de Kosovo, pero allí, a pesar de tener acuerdos, sus títulos sólamente son reconocidos en aquellos países que: i) han reconocido a Kosovo y han hecho acuerdos de colaboración, ii) obligan a los titulados kosovares a hacer asignaturas de complemento; como ocurre entre España y Brasil, o iii) a pesar de tener acuerdos de colaboración de reconocimiento, no se reconocen (como ya ocurría entre Serbia y Kosovo antes de la independencia).

 

Del mejor sistema universitario de España a la mediocridad

Las Universidades no tienen una máquina de dinero que les permita hacer lo que quieran, aunque algunas administraciones parece que piensan eso y cada vez van recortando y recortando dinero. Por desgracia, eso es otro tema.

Hasta ahora se había reconocido que Cataluña tiene uno de los mejores sistemas universitarios de España, si es que no es el mejor. En el reciente raking de Shangai, tanto la Universidad Pompeu Fabra como la Universidad de Barcelona se situaron entre las 300 primeras universidades del mundo, donde se coló este año la Universidad de Granada.

En el siguiente pelotón perseguidor (300-400) tenemos a la Autónoma de Barcelona; y si vamos a las 800 primeras aún encontramos a Universidad Politécnica de Catalunya y la Universidad Rovira i Virgili. Casi nada. Incluso si utilizamos otros rankings como el QS, la Universidad de Barcelona y la Autónoma de Barcelona entre las doscientas primeras, junto con la Complutense de Madrid.

Cataluña es la segunda comunidad con más universidades (12) y con un sistema de investigación excelente: 15 unidades de investigación vinculadas a hospitales, 12 universidades con departamentos de I+D, una red propia de centros de investigación (46), 21 centros del CSIC, 6 grandes parques tecnológicos y 22 parques científicos. A pessar de representar a menos del 0.1% de la población mundial, publica sobre el  27% de los artículos del conjunto de España y el 1% de los artículos científicos de todo el mundo, tal y como indicaba ABC en 2015.

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Así es la ciencia en Cataluña y así sería en la Cataluña independiente. ABC 24 de Septiembre de 2015.

Y en materia de captación de fondos está a la cabeza, ya que ese mismo artículo de ABC indicaba dos datos muy relevantes sobre su capacidad de captación de fondos.

 

Cataluña es el segundo país europeo en concesión de ayudas del Consejo Europeo de Investigación (ERC) y absorbe también el 20,4% de los fondos del Plan Nacional de I+D, ayudas que le han permitido situarse en los últimos años en el Olimpo de la ciencia. Además de ser líder en publicaciones cientificas de alto nivel –es la comunidad con artículos de mayor impacto internacional, según los indicadores del Sistema Español de Ciencia y Tecnología–, Cataluña se ha convertido también en polo de atracción de talento científico internacional. La desconexión de España supondría así un caro precio a pagar.

Sin las subvenciones europeas y estatales, Cataluña, con un tejido empresarial diversificado y un sistema propio de investigación, debería hacer frente a muchos más gastos y renunciar también a los puentes de intercambio y colaboración que ha tejido tan sólidamente en estos últimos años. En definitiva, el I+D catalán perdería competitividad, lo que, a su vez, pondría en riesgo su tirón e impacto internacional.

 

SIn embargo, las Universidades catalanas tiene importantes problemas de financiación. A pesar de la brutal subida del 67% de las tasas realizada en 2012 y que convirtió a Cataluña en la comunidad más cara para estudiar en la Universidad, los recortes que hizo la Generalitat durante los últimos años (18% desde 2010 a 2016) han dejado a las Universidades de Cataluña en una situación un tanto complicada, tal y como denunciaban el pasado 22 de Mayo los rectores de las tres universidades más grandes de Cataluña.

 

Puertas apuntaladas por peligro de caída en alguna facultad, ordenadores que retrasan el inicio de las clases porque, de tan viejos, tardan rato en ponerse en marcha o libros recomendados por un profesor que no se encuentran luego en la biblioteca univesitaria, que no tiene presupuesto para comprarlos. Los problemas de financiación de las grandes universidades públicas catalanas están empezando ya a notarlos los alumnos. “Tenemos infraestructuras, edificios y laboratorios completamente obsoletos“, denuncia Margarita Arboix, rectora de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). En su caso, agrega, el presupuesto que la Generalitat aportaba para mantenimiento de instalaciones “ha pasado de los entre 20 y 22 millones de euros de los cursos 2010 y 2011 al millón y medio de este año”. “No nos da ni para pasar una mano de pintura“, agrega Joan Elias, rector de la Universitat de Barcelona (UB).

Los máximos responsables de las tres grandes universidades catalanas, la de Barcelona, la Autònoma y la Politècnica (UPC), han comparecido públicamente este lunes para lanzar un mensaje de alerta a la sociedad: si no mejoran su financiación, si la Administración no les aumenta la subvención, corren el riesgo de acabar fosilizándose. “Lo que pedimos es que se nos garanticen unos ingresos básicos, lo necesario para pagar las nóminas de los trabajadores, para invertir en el mantenimiento de las infraestructuras y para seguir investigando y promoviendo la transferencia tecnológica”, ha indicado Enric Fossas, rector de la UPC. Solo así, han afirmado los tres, se podrá garantizar la excelencia que actualmente tiene la universidad catalana.

PROMESA DE ANTES DE LA CRISIS

En estos momentos, con la partida económica que les destina la Generalitat, a ninguna de las tres universidades le alcanza para cubrir los salarios de los trabajadores. Han de recurrir a otros ingresos, “lo que supone usar un dinero que se invertiría en otros objetivos”. En cifras redondas, ha proseguido Fossas, “la situación se solucionaría con que el Parlament destinara a la financiación universitaria un presupuesto de 1.000 millones de euros”, un 30% más de lo que están recibiendo ahora. Los rectores han mostrado su decepción porque un año más (y ya van seis) los presupuestos de la Generalitat no hayan recogido sus demandas.

Los mil millones que reclaman los rectores equivalen al importe que la Generalitat había fijado para subvencionar a las universidades en el 2010, pero que nunca se logró alcanzar por culpa de la crisis. Llegaron a algo más de 900 millones justo antes de que empezaran los recortes. “Mientras universidades como la de Copenhague sí reciben esos mil millones, con 40.000 estudiantes; la de Barcelona cuenta con solo 400 millones para sus 65.000 matriculados”, ha apostillado Elias.

* A pesar de que en 2016 el Parlament de Catalunya aprobó una moción de Cataluña Sí que se Pot y apoyada por por todos los partidos, excepto Junts por el Sí; para rebajar un 30% las tasas universitarias... la Generalitat sigue haciendo caso omiso al mandato del Parlament.

En una futura Catalunya independiente, habría que considerar que se perdería el dinero del Estado central… la situación no es mejor.

 

Vale, suplamos esta pérdida por proyectos y fondos extranjeros….

Como se ha indicado previamente, Catalunya es una de las mejores regiones en captar fondos europeos y si tiene uno de los sistemas universitarios mejores de España, es en gran parte a esa captación de fondos europeos e internacionales.

El problema es que una salida no negociada y por tanto fuera de Europa, porque recordemos que la UE dice NO a la futura Catalunya post DUI, supondría la pérdida de estos fondos europeos a través de proyectos europeos, ERCs, Marie Curie, etc… y gran parte de estas ayudas son personales, por lo que la mayoría de científicos se iría tal y como ocurre en el Brexit o sin la posibilidad de poder pedir fondos porque ya no serán un país UE.

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Vía Brexit vote drives UK academics to think about leaving (Nature, 10 de Enero de 2017).

La diferencia del Brexit es que Reino Unido es un país reconocido, que únicamente pierde su asociación a la UE y que todo dependerá de cómo se acabe negociando su salida, y que al final, tienen una economía propia… pero los 2.200 millones de libras que recibía de la Unión Europea para investigaciónGoodbye.

Esta situación del Brexit, paradójicamente ha beneficiado a Cataluña porque en Abril se anunciaba que iba a acoger un centro del Laboratorio de Biología Molecular y aspiraba a la Agencia del Medicamento, que abandonaría Reino Unido. Si hay DUI, adiós sedes de organismos europeos.

Barcelona acogerá una subsede del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (LEBM), un centro de investigación en enfermedades inmunológicas y del cáncer, que tiene diferentes emplazamientos en Grenoble (Francia), Hamburgo y Heidelberg (Alemania), Hinxton (Reino Unido) y Monterotondo (Italia). El centro científico, que se centrará en la investigación de biología de tejidos, clave para entender el cáncer, malformaciones congénitas o enfermedades del sistema inmunológico, se ubicará en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), donde se establecerán entre seis y ocho equipos de investigación, según el acuerdo presentado ayer por el ministro de Economía, Luis de Guindos; el consejero de Empresa, Jordi Baiget; y el presidente del consejo del LEBM, Patrick Cramer. Se trata de la primera deslocalización de este organismo en 20 años y está previsto que abra sus puertas a finales de año, con un centenar de científicos. La Generalitat aportará 400.000 euros anuales, el LEBM 16 millones en cinco años y el Gobierno central, seis millones en un lustro.

Según los responsables del Laboratorio Europeo, en el plazo de un mes se decidirá el director de la subsede de Barcelona, que contará con las tecnologías más avanzadas en imagen para obtener información compleja en 4D sobre tejidos y órganos. Una técnica que debe servir para comprender cómo se organizan e interactúan las células en los tejidos para abordar el tratamiento de enfermedades como el cáncer. En el LEBM destacaron que en la elección de Barcelona ha sido fundamental su relación con el Centro de Regulación Genómica (CRG) y los proyectos de investigación que ambos centros comparten ya desde hace años. Se trata de «un hito» para la investigación española, expresó De Guindos.

Barcelona será un foco de creación de conocimiento, de beneficios económicos y de generación de empleo, añadió. El ministro emplazó a que la investigación de excelencia tenga mayor protagonismo en la economía española. «Cataluña quiere ser decisiva en la generación de conocimiento», expresó el consejero catalán. Y es que Barcelona se prepara para acoger sedes europeas relacionadas con la biomedicina y para aprovechar también el escenario cambiante que se abre a partir del ‘brexit’. Además del Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Barcelona, la ciudad condal opta a acoger la Agencia Europea del Medicamento, que se encuentra en Londres, pero que con la salida del Reino Unido de la UE debe buscarse una nueva ubicación entre los socios miembros de la Unión.

 

Sí, la situación es un poco catastrofista, pero es que es la cruda realidad de un región tremendamente rica y que puede acabar en la mediocridad. De todas formas, en una futura Cataluña post DUI, dudo mucho que las Universidades fueran la primera preocupación de los catalanes y de su gobierno.


Tagged: ciencia, economía, educación, empresas, españa, europa, investigación, política, unión europea, universidad

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